Qué hacer después de ser víctima de una estafa: La historia de Jim

 

20 de diciembre de 2024

Los impostores siempre están encontrando nuevas maneras de engañar a los consumidores. Jim aprendió por las malas lo convincentes que pueden ser. Aquí, él comparte algunos consejos para ayudar a otros a evitar lo que él vivió. 

Ocurrió un día de septiembre. Jim, un gerente de pruebas aeroespaciales jubilado que vive en el área de San Diego, recibió un correo electrónico alarmante que parecía ser de su banco. 

“¡Urgente! ¡Llama a U.S. Bank inmediatamente!”, decía el mensaje. 

Comprensiblemente preocupado por lo que estaba pasando, Jim llamó al número que aparecía en el correo electrónico y un hombre llamado Daniel respondió, aunque ahora Jim sabe que tal vez ese no era su verdadero nombre. “Daniel” terminó siendo un impostor tratando de engañar a Jim para quitarle su dinero. 

Lo que aconteció después hizo que Jim aprendiera una lección personal sobre lo astutos y persuasivos que pueden ser los estafadores. Aprendió a qué señales prestar atención y ahora cuenta su historia a amigos y familiares cada vez que puede para ayudarles a evitar los mismos dolores de cabeza que él sufrió. 

Un estafador da el golpe

Ese día, el hombre en el teléfono, “Daniel”, decía trabajar en U.S. Bank en el departamento de contabilidad en la sede del banco en Minneapolis. El hombre explicó tímidamente a Jim que había transferido accidentalmente $1,000 a la cuenta bancaria de Jim y que necesitaba la ayuda de él para corregir el error antes de que su jefe se enterara. 

“Soy un hombre de familia y tengo que alimentar a mis hijos y pagar mi hipoteca”, recuerda Jim que decía el hombre en el otro lado de la línea. “¡No me pueden despedir por este inocente error!”

El hombre empezó a rogarle a Jim que le ayudara a salvar su empleo comprando tarjetas de regalo y que se las enviara. Le aseguró a Jim que los fondos de esas tarjetas de regalo serían utilizados para acreditar el dinero a las cuentas correctas, lo cual corregiría el error. 

Jim admite que al principio estaba incrédulo de esa petición, pero el hombre parecía tener una respuesta convincente a cada pregunta o inquietud que Jim expresaba. Jim vio su cuenta bancaria en línea utilizando un enlace en el correo electrónico del hombre y vio que aparentemente se habían depositado $1,000 en su cuenta, lo cual le daba más credibilidad a la historia del hombre. Lo que más le admiró a Jim fue el hecho de que el hombre se escuchaba sinceramente afligido por la posibilidad de perder su empleo por un simple error. 

Jim, miembro activo en su iglesia y voluntario en un hospital local, es una persona amable que siempre desea hacer lo que pueda para ayudar a gente en necesidad. Así que aceptó las instrucciones del hombre comprando tarjetas de regalo y enviándolas a la dirección que el hombre le dio. 

Desafortunadamente, el hombre no era empleado de U.S. Bank. Terminó siendo un estafador que utilizó una historia conmovedora para aprovecharse de la naturaleza gentil y compasiva de Jim, haciendo que Jim perdiera $1,000 ese día. Para empeorar las cosas, el hombre engañó a Jim para que hiciera clic en un sitio web que lucía como la página de la banca en línea de U.S. Bank. Pero de hecho, era realmente un sitio web falso diseñado para capturar el nombre de usuario y contraseña de la banca en línea de Jim para ayudar al impostor a tener acceso a las cuentas de Jim. 

“Se oía tan real”, dice Jim. “El hombre estaba tan afligido en el teléfono y tenía una explicación para todo. Sonaba muy posible que esto pudiera ocurrir”.

 “Se oía tan real”, dice Jim. “El hombre estaba tan afligido en el teléfono y tenía una explicación para todo. Sonaba muy posible que esto pudiera ocurrir”. 

Las repercusiones de la estafa

En cuanto terminó su llamada telefónica con el hombre ese día, Jim sentía que algo no estaba bien, sobre todo cuando el hombre llamó otra vez diciendo que era posible que se hubiera transferido más dinero del que él creyó originalmente. 

Así que su esposa (“Ella es la más astuta”, dice Jim riéndose) lo convenció de ir a su sucursal local de U.S. Bank para hablar con el personal directamente acerca de la interacción que tuvo con el hombre en el teléfono. 

Dice que la gerente de su sucursal local, Rebeca Ramirez, escuchaba cuando él contaba la interacción que tuvo con “Daniel” e inmediatamente se dio cuenta de que lo habían estafado. Lo ayudó a cerrar las cuentas afectadas y a establecer cuentas nuevas. 

Jim también habló con el departamento de fraudes de su banco para presentar un reporte y aclarar la situación. 

“El departamento de fraudes de U.S. Bank trabajó magníficamente”, dice él. “Estuvieron en el teléfono conmigo por un largo rato tratando de ayudarme”. 

Al final, Jim sí perdió los $1,000 por la estafa. Y a pesar de que la pérdida monetaria fue un trago amargo, el tiempo y los problemas que le llevó esclarecer su situación financiera, después de todo, fue igual de difícil.

Después de abrir sus nuevas cuentas bancarias, Jim dice que le tomó al menos tres meses regularizar todas sus transferencias automáticas y pagos de facturas. Con tantos pagos automáticos moviéndose desde y hacia sus cuentas bancarias, como pagos del Seguro Social, pagos de pensión y todas las facturas cotidianas que deben pagarse, no fue una tarea fácil asegurarse de que sus transacciones fluyeran desde y hacia las cuentas correctas después de que se cerraran sus cuentas anteriores. 

Consejo de Jim para identificar una estafa

Aunque la experiencia de Jim al ser estafado fue desconcertante, tiene consejos sólidos para compartir con otras personas para ayudarles a evitar la misma suerte: 

  • Para empezar, cuídate de mensajes que no hayas solicitado de tu banco que generen un sentimiento de urgencia extrema. 
  • Cuídate de comunicaciones que jueguen con tus emociones. Un estafador puede tratar de hacerte sentir ansioso, temeroso o, como en el caso de Jim, comprensivo. Cuando se alteran tus emociones, es más probable que tomes decisiones sin pensarlas bien. 
  • Ten cuidado de no hacer clic en enlaces de correos electrónicos o mensajes de texto que no hayas solicitado, sobre todo cuando te indican ingresar información privada, como información de inicio de sesión de cuenta. 
  • Nunca des información por teléfono a alguien que diga ser de tu banco, a menos que tú hayas iniciado la conversación. Si alguien te pide que contactes a tu banco utilizando un número de teléfono que no conozcas, no utilices ese número para llamarles. Mejor, utiliza un número de teléfono de confianza para comunicarte con tu banco. Si tienes dudas, “dirígete a tu sucursal bancaria para confirmar que sea real”, aconseja Jim.

“Crecimos en tiempos en los que confiábamos en la gente, pero ya no”, dice Jim. “Estos estafadores jugaron con mis emociones y buena voluntad”. 

Aunque la experiencia de la estafa ha hecho que últimamente tenga menos confianza en gente extraña, el deseo de Jim de conectarse con la gente y hacer el bien en el mundo permanece firme. Habla con orgullo de sus tres hijos adultos y de sus logros, disfruta su trabajo de voluntariado en el hospital y visita su sucursal local de U.S. Bank regularmente, aunque sea solo para saludar a la gente que le ayudó durante su pesadilla con la estafa.

 

Lee más consejos y recomendaciones para ayudar a evitar fraudes y estafas.

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